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Isla Desierta


--La Ilha Deserta: de la Baia da Deserta al Cabo de Santa María, el extremo sur de Portugal.

En realidad se llama Ilha Barreta, pero se ha ganado el sobrenombre de Ilha Deserta por su tranquilidad. Es una flecha litoral (un gran banco de arena) de fina arena dorada y aguas verde azuladas de esas de postal.



          Lo que más llama la atención de este lugar es que está desierto, deshabitado y sin casas construidas (las únicas construcciones levantadas son un exclusivo restaurante y cuatro pintorescas casetas de maderas destinadas a los aperos de pescadores). Al estar libre de urbanizaciones y hoteles se ha ganado el sobrenombre de Ilha Deserta.



La sensación de paz, tranquilidad y del más absoluto relax en este espacio natural, uno de los más salvajes de toda Europa, es incuestionable. Lo que más me llamó la atención es que la isla está habitada por miles de gaviotas que graznan a tu paso. Cuando pasamos por el centro de la isla, sobrevolaban nuestras cabezas y graznaban como si fuéramos a quitarles las crías. Te encuentras muchas de ellas muertas y otras moribundas.



          Las gaviotas se encuentran en la zona más occidental de la isla, donde ya no encuentras a nadie. 
Dicen que soñar con una isla desierta sugiere el fin de tus problemas; no sé si será acertada tal predicción, pero desde luego aquí se olvidan. Isla Deserta lo tiene todo, sin tener nada.



          Desde el puerto parte una ruta natural sobre un paso elevado de madera que llega hasta la propia playa. La arena es muy fina, con conchas y caracolillos en la orilla de un agua cristalina. Llegan bastantes turistas a diario, pero al ser tan extensa no es para nada agobiante. Una vez en la playa, el arenal es inmenso y no se alcanza con la vista.



          Suponen cerca de 10 kilómetros de tranquilidad y silencio, tanto en la playa marítima como en la de la ría. Aquí el cordón dunar conserva una vegetación típica y da cobijo a numerosas especies como chorlitejos, golondrinas de mar, charranes y chorlitejos.

          Isla Deserta, como casi todas las cosas bonitas del Algarve, tiene detrás una leyenda que cuenta que este precioso rincón fue fruto del castigo de Alá a los caballeros cristianos por la conquista de Al Gharb y el enamoramiento de las princesas moras. Dios acabó convirtiendo a ellas en dunas doradas y a ellos en agua de mar, conformando unas islas de oro, donde los rayos del sol son más dulces y brillantes que en cualquier otro lado, donde la arena y el mar están en un continuo abrazó, demostrando el amor de los hechizados.



          El castigo de Alá se transformó en uno de los parajes más hermosos y sencillos de Europa. Un destino que inyecta optimismo y ganas de vivir y del que cuesta despedirse cuando el sol empieza a bajar. Nadie como la naturaleza es capaz de conseguir esta armonía y quien no pueda conectar con este paraíso, debe estar falto de sensibilidad.

1.- Dificultad y temperatura: dificultad moderada, zona llana. La máxima que se espera el domingo es de 26º.

2.- Mareas Isla Desierta: 5’54 pleamar / 11’43 bajamar / 18.07 pleamar

3.- Distancia: el recorrido por la isla es de unos 10 kms en total.

4.- Itinerario: un recorrido circular por la isla son unos 8 kms, sin ir al extremo más occidental, que supondría otro ocho más. No muy lejos del embarcadero, están las cuatro emblemáticas casas de madera para los pescadores y junto a ellas parte un sendero de madera que recorre la isla desde el lado de la ría hasta el Cabo de Santa María, el punto más al sur de Portugal.



          El sendero parece estar suspendido sobre las dunas plagadas de una olorosa vegetación y siguiendo la larga pasarela de madera, que con la marea alta queda a ras del agua, puedes disfrutar de un silencioso y solitario paseo.

          El camino termina con una estrafalaria señalización de palos, maderas y otros artículos reciclados que se ha convertido en santo y seña de esta isla. Es el punto cero, o el único monumento de esta isla, que marca el Cabo de Santa María y la distancia kilométrica desde aquí a distintos lugares del mundo. A su derecha tienes una de las pocas playas nudistas oficiales del Algarve, a la que sólo llegan muy pocos, y hacia la izquierda una extensa y maravillosa playa que termina en el espigón de Barra Nova, cerca del restaurante. Hay un sólo restaurante en la isla, el Estaminé, que es bastante caro comparado con los estándares portugueses. El regreso puede hacerse por el cordón dunar que hay en medio de la isla, una especie de túmulo, casi exento de vegetación.

          Embarcadero Faro: vamos al embarcadero a coger el ferry. Se puede acceder en barco desde el puerto de Faro por 10€ ida y vuelta. Se tarda unos 40 minutos en llegar. Aquí merece la pena cruzar los laberintos de arena y sedimentos de la Ría Formosa, con el barco serpenteando por canales y bancos del pantano.



          En el camino podrás avistar numerosas aves, como los flamencos. Horarios ferry: el prmero que sale es a las 11’00, hora española, salvo que hayan cambiado los horarios de cara al verano. El regreso lo tiene a las 17.00, a las 18.30 y, el último, a las 20.00 h.


          5.-Almuerzo: la única construcción levantada en la Isla Desierta es un restaurante, el Estaminé, todo de madera y con una maravillosa vista panorámica de 180 grados a la ría y al mar. Es muy típico en el Estaminé saborear una mariscada algarvía, aunque si quieres disfrutar de algo más económico una buena opción es decidirte a por el menú que ofertan. Una buena opción para comer en Faro es la Taberna Modesto: R. do Castelo 2, Faro. Teléfono: +351 916 577 044.  A medida que se sale del centro, la ciudad pierde atractivo, pero los restaurantes también bajan sus precios y ofrecen platos del día quizá más típicos de lo que es Portugal. Nosotros comimos en la Pastelaria Coelho, en la Rua Brites Almeida, no lejos de la zona peatonal e histórica, aunque cierra la cocina tarde, yo no lo recomendaría para volver.



          6.- Punto encuentro: nos vemos el domingo, 21.07.19, a las 08’00 h., en la Av. Andalucía, 2-6. Plz. Paco Toronjo s/n, Peña Flamenca de Huelva (coordenadas: 37.263030, -6.941269). Acudimos desayunados. Por favor se ruega puntualidad. Vamos al punto de encuentro con los coches y nos organizamos para el transporte. Las personas que vayan en el vehículo de otra persona contribuyen con 12 € para compensar al conductor, amén de peaje y parking (si fuera necesario).

7.- Organización: Día y hora: 21.07.19 / 08.00 h.

La ruta está pensada para un máximo de diez personas (dos vehículos) por orden de comunicación de asistencia, toda vez que los grupos pequeños permiten una interacción más íntima entre sus miembros, no rompen con su presencia el encanto de la naturaleza y son más fáciles de manejar y de ubicar en el transporte público, el aparcamiento o el restaurante.

          8.- Recomendaciones y seguridad: cada participante en el sendero lo hace bajo su propia responsabilidad, así que es importante contar con un seguro para deportes de aventura y garantizar en todo momento nuestra seguridad: permanecer juntos, no separarse del grupo, evitar comportamientos irresponsables. Está prohibido atravesar puentes en desuso, vadear cauces peligrosos, pasar junto a colmenas o ganado bravo suelto. Para cruzar carreteras, se establece un punto de control. Los puentes peatonales los cruzan no más de tres personas a la vez. Durante el camino, nadie sobrepasa al organizador de la ruta, que será siempre quien marque el ritmo de la marcha y el trayecto, así como las paradas para comer fruta e ir al servicio. Llevamos agua, fruta, bastones de trekking, protector solar, productos contra alergias y picaduras, calcetines de repuesto, toalla y bañador. No llevamos sombrilla porque la temperatura no será calurosa, por debajo de los 30º.

9.-Documentación:

--Faro: siguiendo la Avenida de la República, en el noroeste de la ciudad, hacia el sur, aparece la marina, el primero de los puntos pintorescos de la ciudad, donde se pueden contemplar los barcos deportivos. Junto a ella, esta el bulevar jardín de Manuel Bivar, que supone el comienzo de una serie de calles peatonales que conforman el centro de la ciudad y albergan tiendas locales, pero también las sucursales de las principales cadenas de moda del mundo y que suponen -fuera de los centros comerciales- la mayor concentración comercial del Algarve. La zona es agradable para ir de compras, pero también para pasear o sentarse en la terraza de alguno de los restaurantes de las calles del norte de la misma. Tanto los suelos, con los tradicionales adoquines portugueses pequeños de color blanco y negro, como los edificios -la mayor parte de ellos muy correctamente encalados y otros de fachadas con azulejos- están muy bien cuidados y conservados. El paseo por la zona peatonal de la ciudad -no excesivamente extensa- resulta muy agradable y sirve perfectamente como antesala al descubrimiento del centro amurallado de la ciudad. Faro fue reconquistada a los musulmanes en el siglo XIII, aunque las murallas y las puertas que rodean la ciudad antigua fueron reformadas y reforzadas con posterioridad, por lo que no datan de aquellos tiempos. El centro de la ciudad es un pequeño laberinto de calles empedradas que van a dar a parar a diversas plazas. La mas grande de ellas es el Largo da Sé, muy amplia y espaciosa y que sirve como entrada a la catedral de Faro, que destaca por su fachada de piedra en la plaza de casas encaladas. La catedral es del siglo XIII- reconstruida en el XVIII- y cuenta con una capilla adjunta revestida con huesos humanos de los monjes de un cercano monasterio que data del siglo XIX y se inspira en la, más antigua y más impresionante, Capela dos Ossos de la ciudad de Évora.

--Pasar por debajo del Arco de Repouso: el arco del reposo fue la entrada este de las murallas medievales. Está flanqueado por dos torres de defensa, ya que se consideraba uno de los accesos más vulnerables. Según la leyenda el rey Afonso III descansó allí después de conquistar la ciudad en 1249. Teóricamente no se derramó ni una sola gota de sangre en la batalla y, además, un caballero cristiano se enamoró de una doncella árabe. El padre de la chica fue acusado de traición y se le castigó haciéndole quedar para siempre bajo el Arco do Repouso según cuenta la tradición.

--Visitar la Catedral de Faro: la Catedral de Faro se construyó sobre unas antiguas ruinas romanas que se convirtieron en mezquita durante el periodo de ocupación árabe. La catedral de estilo gótico se hizo después que Alfonso III conquistara Faro. Ahora está perfectamente restaurada y se puede disfrutar de sus retablos dorados, algunas paredes con azulejos y, especialmente, de la subida a su torre. Desde allí se puede ver toda la ciudad y también las rías de alrededor. La entrada cuesta sólo 3€.

--Conocer el Museo Municipal de Faro. podrás conocer más sobre la historia artística de Faro dentro de un edificio espectacular. Tiene un gran claustro con un jardín central realmente bonito. En cuanto a la exposición, se pueden ver pinturas, los típicos azulejos, vasijas árabes y algunas esculturas. La entrada cuesta 2€ y los domingos es gratuito hasta las 14:30h. Merece la pena sólo por visitar el edificio.

--Darse una vuelta por el Mercado Municipal: nos encanta visitar los mercados de los sitios que visitamos para conocer como es la vida cotidiana en el sitio. En el caso de Faro, no sólo podrás ver la vidilla del mercado. También podrás comprar delicias de la zona, sobre todo en las pastelerías. Además, hay algunos locales de restauración donde tomar algo. El edificio es muy moderno y contrasta con toda la arquitectura tradicional de la ciudad.

--Hacerse una foto con las letras de Faro: en la zona del puerto hay instaladas unas letras con el nombre de la ciudad y un corazón. Al más puro estilo Amsterdam o Kuala Lumpur, puedes tener un recuerdo de tu paso por la capital del Algarve

--Caminar por Rua Boavista entre fachadas llenas de colores. La mayoría de edificios de Faro tienen mucho encanto. Aunque en el centro histórico predomina el blanco, puedes ir hasta la Rua Boavista si te van más los colorines. Cada fachada está pintada de un color diferente, creando un aspecto de lo más alegre. A nosotros nos recordó a la Rue Cremieux de París.

--Comprar algún souvenir en Rua de Santo Antonio: una de las calles comerciales de Faro es la Rua de Santo Antonio. Allí podrás dar un agradable paseo y encontrar muchas tiendas donde llevarte un recuerdo de tu visita al Algarve. ¿Los más populares? Los azulejos y las figuras de cerámica artesanas, sin duda.

--Alucinar con la capilla de los huesos en Carmo Church: la preciosa iglesia de Carmo se construyó en 1719 gracias a las partidas de oro que los portugueses consiguieron en Brasil. A parte de una coqueta fachada, dentro podrás ver tallas de madera con oro y mosaicos de cristal. Suele haber cigüeñas anidando sobre sus dos torres, fíjate si las ves. Algo muy curioso que hacer en Faro es descubrir su macabra capilla llena de huesos. Está justo detrás de la iglesia y alberga los huesos de 1200 monjes carmelitas cuyos restos fueron exhumados de un cementerio próximo en 1816. Esta capilla se hizo con la idea de concienciar de la brevedad de la vida humana y la necesidad de vivirla plenamente. La entrada tanto a la iglesia como a la capilla tiene un simbólico precio de 1€. Está abierta de lunes a viernes.

--Dar un paseo por la Rua Dr. Francisco Gomes: algo que hacer en Faro para pretegerse del calor sofocante es aprovechar el aire acondicionado de las tiendas. La principal calle comercial de Faro es muy bonita, con un empedrado que crea dibujos en el suelo. También hay varias cafeterías y restaurantes donde pararse a tomar algo. Recomendamos visitarla tanto de día como de noche, ya que mejora con la iluminación.

--Ir de compras al Forum Algarve: pese a tener alma de pueblo, a unos 10 minutos andando del centro de Faro hay un gran centro comercial. El Forum Algarve tiene tiendas de todo tipo, muchas opciones de restauración e incluso cines. El recinto es descubierto y está muy bien cuidado. Tienen un amplio horario: abren todos los días desde las 10h hasta medianoche.

--Darse un capricho y alojarse en el Palácio de Estói: aA solo 10 kilómetros de Faro está la localidad de Estói. Su principal atractivo es un palacio rococó del siglo XIX, que ahora se ha convertido en hotel de lujo. Tiene una bonita fachada de color rosa y está rodeado de jardines decorativos muy bien cuidados. Si quieres descubrir todo su atractivo no hace falta que te alojes allí, puedes visitar el complejo sin ningún problema.

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