--Villablanca-Ayamonte: final Camino Natural del Guadiana, etapa 44 del GR 114. (21 kms /21.11.19)
Dejamos un coche en Ayamonte y fuimos con el otro a Villablanca, de aquí iniciamos la ruta hasta Ayamonte. Otra alternativa es hacer la ruta a la inversa y volver en el autobús de línea de la empresa Damas a las 19’00 h (hay otros dos a las 15.00 h y a las 20’00 h) de Ayamonte a Villablanca (20’ / 1.75 €).
Se trata de un camino sencillo y bien señalizado, sin dificultades para su seguimiento. Existen pocos desniveles, discurriendo la mayor parte de éste por terrenos de escasa pendiente donde ya se hace notar la brisa del cercano océano.
Como digo, la etapa 44 del GR 114 o Camino Natural del Guadiana da comienzo en la localidad de Villablanca, en la zona sur, en la calle Zaballa.
Los primeros kilómetros desde que la etapa se inicia en el municipio de Villablanca discurren por el denominado camino de Zaballa un camino cómodo y de baja dificultad, que comienza con un suave descenso. El primer tramo está alquitranado, el resto es de grava gris.
La etapa 44 se solapa con la etapa 43 hasta el área de descanso “La Estacada”, una suerte de marquesina cubierta con cañizo, una mesa y dos bancos. Ésta es una de las áreas preparadas como descanso para ciclistas y senderistas en los más de 850 km del Camino Natural del Guadiana.
Tras recorrer los 6,5 km iniciales desde Villablanca, se alcanza un cruce donde se encuentra la susodicha área de descanso “La Estacada. En este punto debemos dejar el Camino Zaballa, un camino rural más bien insulso, con pocos alicientes para el senderista. Aquí tenemos varios indicadores: San Silvestre de Guzmán, a la derecha, se encuentra a 16 kms; Villablanca a 6’5 y Ayamonte (a la izquierda) a 13’5 (¡cuidado!, algún gracioso le ha borrado el 1).
Nosotros debemos girar a la izquierda, abandonar el Camino de Zaballa y coger la Pista de Valdepía. Tras recorrer pocos metros, el camino se encuentra con un vado que atraviesa el arroyo de las Almendras. A la derecha, tenemos un pozo con agua sin cubierta y varias casas de campo en ruinas.
A partir de ahora, el camino continúa, aproximadamente durante los siguientes 150-200 m, paralelo a la margen izquierda del arroyo Grande. Este trayecto es mucho más bonito que el anterior. Un poco más adelante vemos un poste que nos indica que nos encontramos en el km 834 del Camino Natural del Guadiana.
Un poco más adelante alcanzamos un promontorio, donde un banco y unos asientos de piedra, desde el que observamos por primera vez el Guadiana: una vista apacible y maravillosa. Algo más adelante, a la izquierda, se encuentra la Finca Valdepía, con una casa en un altozano rodeada de palmeras.
Continuando el recorrido de la etapa, el trayecto se acerca al río Guadiana, que lo acompañará durante un largo tramo, discurriendo en paralelo al mismo en algunos puntos y distanciándose en otros, pero siempre ofreciendo unas vistas espectaculares.
A la derecha, en una subida, observarás un cortijo en ruinas y un enorme eucalipto. Te recomiendo que te acerques hasta aquí para ver de cerca el Guadiana desde lo alto de un promontorio. Creo que es la mejor vista que vas a tener del río de todo el camino.
En lontananza, observarás Costa Esuri, una urbanización pretenciosa de los tiempos del boom inmobiliario venida a casi nada. Te recomiendo que abandones la Pista Valdepía a la entrada de Costa Esuri por la urbanización La Colina y te adentres en esta urbanización semiabandonada. A la salida de Costa Esuri puedes volver a converger con la Pista de Valdepía. Encontrarás varios indicadores. Ayamonte se encuentra a 6’5 kms.
Un poco más adelante, un kilómetro más allá de recuperar de nuevo la Pista Valdepía, encontrarás el área de descanso “La Guerrera-La Pedraza”, de la que solo queda la plancha de hormigón donde iban ubicados los bancos y la mesa. Se lo han llevado todo y nadie se ha preocupado de reponerlo.
La Pista Valdepía muere en un túnel bajo la autopista A-49. Pasado el túnel, tenemos que girar a la derecha, por el Camino Rural de las Cabezuelas, hasta la carretera.
A la izquierda, observarás el polígono industrial de Ayamonte. En la carretera, giramos a la izquierda hasta Ayamonte, siguiendo la marisma pegada a la orilla izquierda del Guadiana.
Este tramo final próximo a la desembocadura del río en el océano Atlántico es tal vez el más bello de todo, con la imagen espectral del puente internacional España-Portugal bajo el prisma de la lluvia y el tono plomizo del cielo.